24/04/20
¿Cómo pueden los incineradores evitar una pandemia?
El año 2020 comenzó con la noticia de un nuevo brote viral en China. A raíz de ello, pudimos comprobar de primera mano la rapidez con la que una enfermedad endémica localizada puede convertirse en una pandemia mundial. Sólo han pasado dos semanas desde que se registraron los primeros casos de Novel Coronavirus/Covid19 (2019-nCoV) en China hasta las infecciones mundiales.
La velocidad de la infección ha sido fenomenal, pero ¿podría haberse detenido mediante una gestión más eficaz de los residuos?
La aplicación de medidas de bioseguridad para eliminar los residuos infectados mediante la incineración podría haber frenado drásticamente la propagación. Este no parece haber sido el caso en esta ocasión, ya que se vio ropa contaminada tirada a un lado del mercado de Wuhan después de la primera desinfección. Permitiendo que el virus siguiera siendo accesible para pasarse entre humanos y animales.
El coronavirus se suma a las enfermedades como el ébola, el zika y, en los últimos años, el regreso del sarampión, que amenazan la bioseguridad mundial. Nos queda pensar en los controles que existen para reducir la propagación.
Los residuos médicos deben eliminarse con cuidado para asegurar que los riesgos de contaminación cruzada se eliminan del medio ambiente. La forma en que se manejan actualmente los residuos peligrosos varía, a menudo dependiendo de la densidad de población, la infraestructura y la estabilidad económica de una región. En la mayoría de los países desarrollados, las instalaciones avanzadas de incineración médica son fácilmente accesibles y se emplean para tal fin. Sin embargo, muchos países en vías de desarrollo y lugares remotos carecen de estas instalaciones básicas y se ven obligados a deshacerse de sus residuos de forma insegura.
El fabricante de incineradores médicos Addfield Environmental Systems ha trabajado intensamente con las agencias de ayuda internacional para sustituir los métodos inadecuados que se han empleado en el pasado.
Uno de los métodos descubiertos era el de los residuos simplemente arrojados al suelo público. En varios casos se observó que el ganado local se alimentaba alrededor de los residuos infectados, lo que aumentaba el peligro de que el virus entrara en la cadena alimentaria. En algunas regiones, esto ha llevado incluso a que se desarrolle un mercado negro de residuos recogidos de los vertederos. Las jeringuillas desechadas se han revendido en hospitales desprevenidos y los plásticos se han reciclado en muchos artículos diferentes, como juguetes e incluso pajitas para beber.
En segundo lugar, se han creado hogueras abiertas para quemar residuos peligrosos. Los peligros de esta práctica, además de la contaminación ambiental, pueden propagar la enfermedad a través de las partículas de residuos que no han alcanzado la temperatura suficiente para neutralizar la infección. Como los incendios no se controlan, se produce una incineración incompleta y los residuos orgánicos a menudo se distribuyen y se dejan descomponer en el medio ambiente local.
Ambos enfoques pueden, de hecho, propagar la infección en el entorno local creando más daño que beneficio.
La incineración adecuada es esencial.
Mediante la instalación de incineradores específicamente diseñados, como el popular MP200 fabricado por Addfield, la diferencia que pueden marcar es asombrosa. Un incinerador médico moderno contiene dos cámaras. La cámara primaria, en la que se cargan los residuos, se calienta a temperaturas de entre 600°C y 700°C para destruirlos, reduciéndolos a aproximadamente el 3% de su masa inicial. Esto puede eliminarse de forma segura según la mayoría de las directrices de gestión de residuos; cualquier resto de vidrio o metal de las jeringuillas, etc., queda esterilizado y puede reciclarse de forma segura.
Después de la cámara primaria, el humo y los gases entran en la cámara secundaria para ser calentados a 1100°C neutralizando completamente las partículas, dioxinas, furanos, humo y olores. Sólo se liberan los gases limpios al medio ambiente. Este avanzado nivel de limpieza permite que los incineradores médicos se instalen cerca de zonas residenciales de forma segura.
La inversión continua es esencial para evitar que las endemias se conviertan en pandemias. Contar con recursos que puedan desplegarse rápidamente exactamente donde se necesitan puede reducir drásticamente los riesgos de que el virus contamine el entorno circundante, ayudando a detener el virus en su camino. La incineración es la única forma de destruir los residuos de forma sostenible y neutralizar el virus a nivel molecular.
Este artículo se publicó por primera vez en la edición de marzo/abril de 2020 de Circular, la revista de la Chartered Institution of Wastes Management.
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