Situada a unos cientos de kilómetros al oeste de Dakar y en la remota región central del océano Atlántico, se encuentra la República de Cabo Verde. Consta de 10 islas volcánicas de distintos tamaños y una superficie combinada de poco más de 4.000 kilómetros cuadrados entre todas las islas. Es el hogar permanente de una creciente población residencial de más de 500.000 personas, reforzada por una fuerte industria turística que aumenta drásticamente las cifras durante la temporada alta.
Detrás de este entorno idílico se esconde un problema medioambiental muy real que había que abordar. En 2015, Future Vida se puso en contacto con nosotros para ayudarles a desarrollar dos instalaciones de eliminación de residuos médicos que se instalarían en las dos islas más grandes de Cabo Verde. El objetivo era poder eliminar de forma segura todos los residuos médicos y clínicos peligrosos generados en las múltiples clínicas y centros de salud de las islas. Ayudando a mejorar el impacto medioambiental que sus métodos anticuados estaban causando.
El elemento más importante a la hora de seleccionar la máquina adecuada era su flexibilidad a la hora de manipular una amplia gama de residuos de forma eficaz y poder eliminar distintos niveles de residuos con una eficiencia similar. Se preveía que, aunque estas máquinas estarían en constante operación durante todo el año, habría temporadas en las que la demanda aumentaría. Por ello, la solución debía ser eficiente en cuanto a combustible, capaz de recargarse varias veces durante su funcionamiento y de operar eficazmente durante periodos de tiempo prolongados. Por ello, se eligió el incinerador clínico C100 como la máquina más adecuada.
Las dos instalaciones fueron realizadas por un equipo de ingenieros compuesto por miembros de nuestra propia oficina central en el Reino Unido, junto con nuestros ingenieros más localizados en el centro de África y, finalmente, varios de las islas a los que se les enseñaría lo esencial. Viajaron entre los dos sitios para instalar, poner en marcha y, lo que es más importante, formar a los futuros operadores en el funcionamiento diario de las máquinas, así como en el mantenimiento y las revisiones anuales para garantizar que, a pesar de su lejanía, podrán mantener su incinerador médico en un estado de excelencia operativa constante.
La C100 es una opción ideal para este tipo de proyectos, ya que se puede cargar fácilmente a través de la gran puerta de carga frontal antes y durante el funcionamiento. Esto permite aumentar el rendimiento de los residuos en cada ciclo, algo esencial en épocas de gran actividad. Diseñado para eliminar hasta 100 kilogramos por hora de residuos médicos y variedad de residuos farmacéuticos como también para esterilizar de forma segura todos los metales o vidrios, como jeringuillas y viales que puedan estar mezclados con los residuos. Con un resultado volumen de cenizas permite la eliminación segura de los restos. Mientras que los metales y vasos sólidos podrán ser extraídos para su eliminación segura a través del reciclaje, a salvo de los riesgos de contaminación cruzada.
Antes de la instalación de estas máquinas, los residuos médicos se eliminaban por varias vías, tal y como em vertederos, la exportación y la quema ocasional al aire libre, dependiendo de la fuente y la ubicación originales de los residuos generados. Una solución que dista mucho de ser ideal y que aumenta el riesgo de que los residuos médicos acaben en el océano de los terrenos comunes.
Estas dos máquinas están demostrando ser una solución esencial para una isla tan ajetreada, permitiéndoles finalmente tomar el control total de todos los residuos peligrosos generados, protegiendo el frágil ecosistema de las islas, así como a los residentes de los peligros de una eliminación insegura de los residuos médicos.
Otro fantástico ejemplo de la colaboración de Addfield con organizaciones externas para desarrollar y proporcionar opciones esenciales de protección.